Tenemos el gusto de ofrecerles en esta última
entrada del blog de La noche en blanco de Granada al poeta, cuentista y
periodista argentino Daniel Erne, del que ofrecemos una breve muestra de su
producción poética en la sección de Poesía para La noche en blanco de Granada.
DANIEL ERNE, POETA
PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
Daniel Erne, Periodista, poeta y
cuentista argentino.
Nacido en San Nicolás de los Arroyos provincia
de Buenos Aires el 2 de enero de 1960. A los 17 años fue seleccionado por la
Fundación Givré entre los 20 nuevos poetas de Sudamérica.
Dirigió el Semanario El Pulso y la Revista La
Cuestión. Actualmente es el responsable del departamento gráfico de Diario El
Norte de San Nicolás y columnista del Suplemento Cultural del mismo matutino.
Ha publicado en antologías. También en Revista
Prisma de la Fundación Borges.
Editó en Argentina Bajo Palabra y en España en
conjunto con la escritora Arantxa Oteo Ugarte De meses y días. * Se presentará
en Madrid el 18 de octubre de 2013.
Fundador del Grupo Literario Disámara.
EL PELUQUERO
A nuestra América le han
crecido pelos
por sus llanuras.
Se han levantado pelos en
sus montañas…
Crecen los pelos por su
textura.
América toda es un
matorral de pelos
que se mezclan con el
barro y los riachos.
De vez en cuando
por las quebradas asoman
pelos rubios,
como de otras partes,
como extranjeros pelos
en otros pelos,
como tristes ovejas
de otros rebaños…
Los pelos se pierden por
los caminos
y vuelven a encontrarse
en las piedras
en los lamentos,
en las manchas oscuras de
los arbustos.
América ya no tiene colores, tiene pelos.
Invasores pelos que han
crecido
a la vera del tiempo
desde los descuidos
y se han hecho melena en
su geografía.
Los hombres de la América
impasibles,
miran con desgana
su tierra dulce
su horizonte de líneas
y de inmensos espantos…
Che…Che…
A nuestra América le hace falta
un peluquero.
DE LOS AMANECIDOS....
LA VERDAD
No se gana diciéndolo
todo, ni el perdón, batallas o lo que pongas en juego en ese día. La verdad te
ata o te desata como una cuerda en el cuello que te atrapa siendo apenas una
soga ya sin vida. Podremos juntar las palabras, aquellas que sembramos como
bálsamo o las otras como dagas afiladas. Cada una será una verdad que se clava
y transita por la sangre como traza.
Decirle al indolente su
destierro, al cretino, al inepto, al malvado, al infame su bajeza, no adelanta
en nada el universo. Gritarle al asesino sus muertos o a la parca los vacíos
que ha dejado, no vuelve a la vida de las cosas, las cosas que perdimos en la
vida.
Nada se gana diciéndolo
todo, gritando hasta quedar con voz de hilo. Nada se obtiene como botín
preciado vaciando de verdades nuestra existencia.
Es verdad nada se
gana….pero cómo alivia.
-EL OFICIO- DE SUFRIR
Se
aprende, dijiste, se aprende.
Es
el niño reconociendo la casa llena de ausentes.
Se
aprende, gritaron.
Se
sostiene la palabra con el silencio.
Ya
no asoma por la boca que supo del pan y del rezo,
ya
no asoma por la boca un lamento
que
acompañe la jornada.
El
dolor se lleva a todas partes,
pegado
en las telarañas de los días.
Te
buscan los recuerdos y los días venideros.
Se
reúnen a tu lado en una ronda de pesares.
Se
aprende, gritaron, en el tormento de la agonía.
Ya
no estabas y yo igual te quería.
Daniel Erne
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