miércoles, 15 de enero de 2014

LA POESÍA DE RAFAEL MÉRIDA EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA

En el blog de La noche en blanco de Granada, en su sección de poesía, traemos los versos del poeta Rafael Mérida.









 LA POESÍA DE RAFAEL MÉRIDA 
EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA







Rafael Mérida. Nacido en Sevilla en 1967. Técnico Especialista Administrativo de profesión.  Amante y entusiasta de la literatura con formación autodidacta.
En la actualidad soy Vicepresidente de la Asociación de Escritores Noveles Miguel de Cervantes con sede en Gijón, habiendo ocupado anteriormente el cargo de delegado de la misma en Sevilla.
Autor de un gran número de poemas así como de textos en prosa poética, relatos y dos novelas que aún no han visto la luz. Mantengo un blog de poesía en internet.
En el año 2011 se presentó en Sevilla y Barcelona, el poemario de mi autoría titulado La memoria de tu olvido, publicado por Editorial Quadrivium.

He participado en numerosas tertulias y veladas poéticas destacando el hecho de haber sido el mantenedor de una jornada poética organizada por la institución Noches del Baratillo, igualmente he participado en la campaña a favor de Médicos sin Fronteras a través de Universos para Somalia, en El camino del corazón solidario a favor de los comedores sociales y en el Certamen Poesía en la Cárcel organizado por Noches del Baratillo este presente año en el Centro Penitenciario Sevilla II.





ME VISITA LA NOSTALGIA





Me visita la nostalgia
llena de arrugas y ausencias,
la de las sombras insomnes
que me siguen consumiendo
como una vela prendida
cuya llama ahora agoniza,
la del vértigo al rozarme
que tus manos producían,
la de los besos sinceros
que no preguntaban nada
y la de tu cuerpo desnudo
que siempre me rescataba.








SIN HABER VISTO NUNCA EL MAR







Sin haber visto nunca el mar
me embarqué en una goleta
para surcar los océanos
buscando de ti el olvido.

Amanecieron tormentas
de cielos aún estrellados
y con los truenos hablé
de tus silencios oscuros.

Miré con temor la noche,
recé sin oraciones saber
y al llegar a nuevo puerto
soñaba que tú esperabas.

Por los caminos salados
llegué hasta tierras lejanas,
me enamoré de sirenas
hundiendo allí tu recuerdo.

Una tarde, en un naufragio,
sentí llegada mi hora,
y nadé queriendo encontrar
la orilla de tus deseos.

Cuando a mi tierra volví,
traje un fardo de vivencias,
las viejas manos vacías
y mi corazón varado.





YA NO QUIERO MÁS BATALLAS





Ya no quiero más batallas,
pues sé que perdí la guerra,
ahora tocará el reposo
mientras llegan otras luchas
para usar las mismas armas
con las que no gané nada,
las de la palabra cierta,
el corazón descubierto
y la ilusión de vivir
escondida en cada gesto.

Y al disiparse ya el humo,
mis ojos podrán ver claro,
que este campo y estas lides
no merecieron la pena,
sólo vivir recompensa
pues al final del camino
descubriremos las huellas
de quienes más nos dejaron
sin que supiéramos verlo
mientras el tiempo pasaba.





Y PASA EL TIEMPO






Y pasa el tiempo y no vuelves.
Y yo soñando que vuelvas.

Ya no puede ser ausencia
lo que mis manos no tocan,
ni puedo inventar palabras,
para nombrar un vacío
que intentan llenar las tardes
prendidas de otros cabellos.

Y pasa el tiempo y no vuelves.

Caen tus besos en silencio,
en el pozo del olvido
que otros labios hoy se beben,
mientras mueren los te quiero
sorprendidos por la inercia,
que el viento quieto enmudece.

Y pasa el tiempo y no vuelves.
Y ya no espero que vuelvas.





DESDE GRANADA





Desde Granada a Sevilla
por las anchas alamedas
llega una brisa suave
con vocación de huracán.

Deja luces y palabras
que con las voces del viento
forman un coro de sueños
para acunarme esta noche.

No habrá dolores que puedan
doblegar un corazón
que en la metáfora busca
multiplicar los sentidos.

Y sólo basta un segundo
para saber que el presente
se ha convertido en pasado
y sigue soplando el viento.





INVIERNO SÓLO EN LAS CALLES






El invierno se ha instalado
en las movedizas aceras
de la ciudad desierta.

Huyen con premura
del gélido escenario
los etéreos personajes.

Desaconseja el hombre del tiempo
desplazamientos más allá de lo preciso,
que nadie salga a la calle.

Leo con detenimiento
las isobaras marcadas
en las líneas de tu mano.

Un frente cálido de caricias
asociadas a tus manos,
elevan el mercurio que en mi habita.

La borrasca se aproxima,
chocan nuestros cuerpos
como masas de nubes bajas.

Rayos y truenos nos envuelven
desatando impúdicamente
una lluvia presentida.

La niebla densa amarillenta
se disipa bajo el sol de tus ojos
que auguran una tarde diferente.

Haré caso al hombre del tiempo,
hoy no saldré de tu cuerpo
anticiclón seguro de mis días.



Necesito tu palabra
para soñarte despierto,
inventar que tú me miras
buceando entre las cosas
que dejé caer ante ti
como si fuese un descuido.





NECESIDAD




Necesito tu presencia
en mis noches de mendigo,
llenarme con tus caricias
desbordándose la calma
que odio cual enemiga
de la pasión desatada.

Necesito tu esperanza
para cimentar la mía
debajo de tus verdades
y esperar hasta que el tiempo
deje de ser amenaza
y se eternice en tu cuerpo.




Rafael Mérida





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