Tenemos el gusto de presentar al poeta sevillano, profesor y catedrático, afincado en Estados Unidos, Manuel Mantero, ocupa la sección de poesía de La noche en blanco con algunos versos y una breve reseña biobibliográfica.
LOS VERSOS DE MANUEL MANTERO
EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
Manuel Mantero. Nacido
en Sevilla en 1930. Doctor en Derecho. Profesor de las Universidades de Sevilla
y Madrid. En 1969 marchó a Estados Unidos. Actualmente es Distinguished
Research Professor de la Universidad de Georgia, en donde ha tenido una Cátedra
Especial de Poesía Española e Hispanoamericana hasta 2000, año de su
jubilación.
Premio
Nacional de Literatura, Premio Fastenrath de la R. Academia Española de la
Lengua y Premio de la Crítica de Andalucía en dos ocasiones. Ha sido
consultante de la Academia Sueca para los Premios Nobel de Literatura varios
años. Medalla de Oro de la ciudad de Sevilla.
Entre
sus libros de poesía figuran Tiempo del
hombre (1960), La lámpara común (1962),
Misa solemne (1966), Memorias de Deucalión (1982), Primavera del ser (2003) y Equipaje (2005). Ha publicado novelas (Antes muerto que mudado, 1990) y obras
de crítica y ensayo (La poesía del Yo al
Nosotros, 1971; Poetas españoles de
posguerra, 1986), así como antologías de Jorge Guillén (1975) o de los Derechos Humanos en la poesía hispánica (1973). En
el año 2004 se publicaron sus memorias (Había
una ventana de colores), y entre 2007 y 2011 sus Obras completas, en cuatro volúmenes.
A NIEVES
Letum non omnia finit.
(Propercio)
Otra mañana. No otra, la primera:
¿quién se acostumbra a la felicidad?
Siempre hermosa te veo, con la edad
invulnerable de la vez primera.
Salimos al jardín. La primavera
rosa es de rosas, verde de verdad.
Yo el periódico leo, eternidad
degradada a noticia, a pasajera.
Paz en armas. Política.
Blasón
del dólar. Béisbol. Modas.
Religión
que a su infierno me arroja
por quererte
humana y diosa… Un día, más
fragante
despertará el jardín y yo, radiante,
te leeré la noticia de mi muerte.
PIÑATA
A
ciegas quiero darle con el palo
al
tesoro en su aire (los tesoros
verdaderos
no están bajo la tierra),
entre
empujones, gritos de los niños
que
me orientan en falso y que se ríen
de
mi inhabilidad. Como no veo,
huelo
más y mejor, y bien distingo
cada
azucena, cada rosa, cada
jazmín
del arriate. Esquiva y fértil
isla
flotando en el azul del cielo,
mía
tienes que ser. Y mía eres.
Oigo
el gemido de tu rompimiento
y
sobre mí como bautismo cae
la
lluvia de color de tus regalos.
Hoy
aprendí, felicidad, que a ti
sólo
se llega desde las tinieblas.
Desde
el azar. Y desde lo que hiere.
GOETHE
Los genios, obra de los dioses,
¿acaso necesitan de su tiempo?
Mágicos son los ríos
si lo son los paisajes que reflejan.
Pero la magia de los mares
en ellos sólo está.
Manuel Mantero
Un gran poeta. Gracias, amigo Acuyo, por traerlo a ésta, tu página que hace memoria en la literatura. Un abrazo y felicidades.
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