miércoles, 1 de enero de 2014

LOS VERSOS DE ÁLVARO VALVERDE PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA

Inauguramos el año en nuestro blog de La noche en blanco de Granada en su sección de poesía con los versos del poeta de Plasencia Alvaro Valverde.










LOS VERSOS DE ÁLVARO VALVERDE 
PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA







Álvaro Valverde (Plasencia, Extremadura, 1959) es autor, entre otros, de los libros de poesía Las aguas detenidas, Una oculta razón (Premio Loewe), A debida distancia, Ensayando círculos, Mecánica terrestre, Desde fuera (publicados en la colección Nuevos Textos Sagrados de Tusquets) y Plasencias.
Sus poemas, traducidos a varios idiomas, han sido incluidos en algunas de las más importantes antologías y estudios de la poesía española contemporánea.
Ha dado a la imprenta también dos novelas, Las murallas del mundo y Alguien que no existe; un libro de artículos, El lector invisible, y otro de viajes, Lejos de aquí.
En 2012 apareció en la colección Arrecifes de La Isla de Siltolá Un centro fugitivo, antología en edición de Jordi Doce.
Tiene un blog desde 2005: blog de Álvaro Valverde





DESDE FUERA





Vivir es deslizarse, repetiste,
captar nuestra existencia de soslayo
o verla desde lejos, en lo alto,
con la perplejidad del que contempla.
Los que te conocieron aseguran
que tú viviste así, que no hubo nada
ni nadie que pudiera desviarte
ni un ápice siquiera de ese trazo
que le diste por fin a tu camino.
Esa senda emboscada conducía
a una casa perdida entre los páramos.
Sobre aquel pedregal erosionado,
bajo la ardiente luz de los veranos,
una sombra precisa dibujaba
el estupor final de tu extravío.
En ese santuario estableciste
una visión del mundo peligrosa.
Rogabas a los dioses con frecuencia
que no nos castigaran con desgracias
(capaces en su ardor de destruirnos)
sin antes enseñarnos lo importante:
la frágil transparencia de la vida.





AUTOBIOGRAFÍA




Miro el río y hacerlo me consuela
porque en sus aguas calmas rememoro
la vida que he pasado contemplándolo.

Aunque con su corriente se marcharan,
para nunca volver, penas y gozos,
el engaño del tiempo hace posible
que no parezcan duras esas pérdidas.

Están en mi mirada las mañanas
tranquilas de domingo, pero también,
proyectadas sin luz en su reflejo,
las sombras acechantes de la noche.

Y están en las orillas los recuerdos
de las tardes de amor y están las voces
de los niños que juegan y se bañan.

Mi vida es este río que me lleva,
esta apacible huida hacia la muerte.
Mis ojos, al mirar, sin edad sueñan.
Y me siento feliz por cuanto intuyo
debajo de sus aguas incesantes.

De Desde fuera, 2008




LA ENCINA SOLITARIA




Está en una colina, la rodean
rocas, retamas, tierra
donde el árbol arraiga
y parece que apenas se sostiene.
Me la mostró mi padre cuando, niño,
paseaba con él entre los canchos.
Desde entonces retengo su presencia
con la necesidad de lo que dura.
Desde lo alto, observa la ciudad.
Es lo primero que distingo al volver.
Lo último que miro cuando salgo
de las murallas de este microcosmos.
Es algo más que una vetusta encina.
Sola, en su altura, sosegada, es cifra
de la vida a que aspira quien resiste.


De Plasencias, 2013






Álvaro Valverde





1 comentario:

  1. Gracias, Acuyo, por esta nueva entrega, una estrella más en la constelación granadina. Un abrazo y feliz 2014, amigo.

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