Para nuestra sección de poesía del blog de La noche en blanco de Granada, traemos los versos del poeta Juvenal Soto.
LOS VERSOS DE JUVENAL SOTO
PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
Juvenal
Soto (Málaga, 1954) ha publicado los libros de poesía: Ovidia (Madrid,
1976), Ephímera (Málaga, 1983), El hermoso corsario (Antología
poética 1972-1986) (Málaga, 1986), Fama de la ceniza (Madrid, 1997),
Paseo marítimo (Madrid, 2002), Las horas perdidas (Madrid, 2002),
El cielo de septiembre (Córdoba, 2008) y Compañeros de viaje (Málaga,
2009).
Como
crítico literario es autor de tres estudios publicados en volumen: “La poesía española
durante el franquismo”, “¡Bebed agua del Niágara!” (estudio introductorio a Seis
poemas inéditos de José María Hinojosa) y Antología de la joven poesía andaluza (en
colaboración con Álvaro Salvador y Antonio Jiménez Millán)
Ha impartido cursos de literatura española en la Universidad
de Málaga, Universidad de Milán (Italia), Dickinson College (Pensilvania, EE.UU.),
Lebanon Valley College (Pensilvania, EE.UU.) y Hollins University (Virginia,
EE.UU.)
A UNA DAMA MUY JOVEN,
DE LEONARDO, Y A SU ARMIÑO
Libre del invierno
viejo
y presa de un
armiño y los veranos,
la eternidad está
extendida
y es un dios que
muere entre la vides
y en tu cuello
trenza
un collar de perlas
negras.
Un collar sobre el
lomo de la bestia
traza el más hermoso de tus dedos
y si tú algo o a alguien miras,
el animal algo o a alguien busca
y de los ojos van sus fauces
como garra que defiende
del mundo y a tu vida.
No haya más allá que contemplarte,
ni más sueño que el armiño
si velándola
esta belleza templada guarda
del ruido y del infierno.
Al hosco mar de las fatalidades
te convocan sus estelas ruines,
y álzase tal bicho y Venus
el prodigio de tu carne
casi marina y nieve.
Un abismo es el después que te ha salvado
y el ahora son los valles
donde pastas cierva y joven,
del mal tiempo que nos come absuelta.
No tenga plazo esta belleza,
no desfallezca por los años.
Agrios, limones de abril
en un verso de Petrarca,
el animal que la custodia
tiénelos por cárcel de isla eterna,
y allí entornándolos devora
cuanto de mal contienen,
y así te ayuna de tornar al lodo.
Libre del invierno viejo,
el verano que te roba adornas
con música y albercas
donde canta un pez
y nada el pájaro,
como canta y nada
la codicia de tu cuerpo sin ocaso.
Juvenal Soto
Gracias, amigo, por esta nueva entrega a partir de la constelación granadina. Un solo poema me basta para hacerme una idea sobre el autor, a quien ya seguiré, pues me parece muy interesante. Un abrazo.
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