Tenemos el placer de presentar una muestra poética del poeta peruano (de Lima), Carlos Garrido Chalen, para nuestro blog de La noche en blanco de Granada, así como una muy breve semblanza de su trayectoria vital, profesional y artística
CARLOS GARRIDO CHALEN,
POETA PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
Carlos Garrido Chalen (Lima, Perú).
Abogado con 36 años de experiencia en Gerencia empresarial,
administración de empresas públicas y privadas y Gerencia municipal, en cinco Municipalidades del país. Past
Decano del Colegio de Abogados de Tumbes.
Periodista, con 36 años de experiencia, Corresponsal de “Fortín Mapocho”
de Santiago de Chile; y Columnista del Diario “Correo” de Tumbes. Secretario
General del Centro Federado de Periodistas de Tumbes, adscrito a la
Federación de Periodistas del Perú (2009). Miembro de la Federación de
Periodistas del Perú (FPP) y del Colegio de Periodistas del Perú (CPP).
Escritor y Poeta, Premio
Mundial de Literatura “Andrés Bello” 2009 de Venezuela, y Premio Nacional de
Poesía en Perú, laureado a nivel nacional e internacional; autor de una
treintena de obras literarias publicada; reconocido en 1997 por el Instituto
Nacional de Cultura (INC) con la distinción “Patrimonio Cultural Vivo
de la Nación”. Presidente Ejecutivo Fundador de la Unión Hispanomundial de
Escritores (UHE) (1999 - 2013), con presidencias en más de 70 países.
NO SÉ LEER PERO ME ESCRIBE EL ALMA EN PLENILUNIO
No sé leer, pero me escribe el alba
en plenilunio
y el atardecer desde el
equinoccio
y el solsticio de todos los clamores.
Me escribe el arco iris
que hace burbujas de océano
en el vientre de la ballena que se
tragó a Jonás
para sembrar sus pactos en mi sangre.
Y cuando la luna llena
se detiene pretensiosa
en mi heredad
y en mis verdosos pastizales
y todo parece día en mi
cobertizo
y se alumbran de cisnes mis
picos levantados
me escribe el silencio
desde el que Elías se hizo Profeta
para contarme cómo nació el caos
en el tobogán del otoño que desató el
furor.
Todos me escriben
y ya no sé qué hacer
con todas las cartas que recibo
Y como el más dócil de todos
los rumiantes
- el que ama a oscuras
y se alucera de cosmos
cuando sueña -
no sé cómo leerme a mí mismo
cuando callo.
Cómo leer a todos
si vengo de la casa del jilguero
pero me es ajeno el sonido
de su pecho de pinkuyo.
Si nada de lo que está aquí
me pertenece
y las palabras que vomita el
horizonte
terminan por convencerme
que no saben por qué fueron
inventadas
por la vida.
- No es el momento
de plantar nuevas semillas - me
dijeron,
y yo vi cómo se aceleraba
vigesimal el tiempo
en los cantones del viento
y como sobre el Árbol del
Mundo
alguien asediaba con
preguntas a la noche.
AZULADO DE LUNA EN LOS BARBECHOS
Porque no le tengo miedo al
amor
ésta es la brida de mi atajadero.
la montura de mi parapeto.
Desde mi arrebato de
arúspice
brama bermellón el sol poniente
y soy un potro
azulado de luna en los barbechos,
un barco asustado
por la enormidad siniestra
de la noche.
A mi baba llega
como un fogonazo de luz
la madrugada.
Mi antepecho gamita en el
arenal
como un agreste bandolero en la
batalla.
He hecho por eso
un hangar con mis junturas
un capullo
con las espigas de mi abrasamiento.
Y debo entender que, aunque
no se leer,
es mío el purpurado de la brecha,
el santo y seña lelo y
huraño
de la flauta..
Chapucero es el viento del
chubasco
impúdico y subrepticio el
cruel barullo
de bufón y de alarife del amianto.
Por eso estoy aquí
con mi farol
de augur y de gendarme,
aullando en el tremendal de
los fogones
navegando en mi barca de
arlequín
todos los mares.
Hiroshima y Nagasaki son un
cañón
que apunta a la emboscada
y yo un yacaré embaucado de
sombra
anacoluto,
sahumado, en los manglares..
Hendida de dolor muere la
rúa
y en la posada del talud el aguacero.
En el revés
se atolondra el yelmo
y llena de amanecer la catarata.
Algún día has de saber
que entre tu y yo
alborea con sus guarismos de fe,
la madrugada.
POEMA PAR EL HIMNO MARCIAL QUE ES MI PADRE
Mi Padre es un hermoso himno
marcial
que conoce de dónde viene el
viento,
en qué caverna insólita
pernocta
cuando quieto duerme su
cansancio;
qué extraño pacto ha hecho
con Dios
para poblar de susurros la
agonía
y sé que él sabe, porque yo
lo intuyo,
qué mágicos designios
cabalgan
el etéreo lomo de tórtola
encantada
de ese viento,
cuándo nos llevará a
recorrer sus páramos eternos
y sus distancias;
en qué bellota esconderá sus
antiguos murmullos
de conspirador enamorado;
y es que mi Padre es un
hermoso templo de ojos verdes
inmensamente tristes, pero
que aman.
A él vamos sus cachorros de
león con frecuencia
para confirmar que Dios
existe,
para averiguar con deleite
por la vida
porque es grande el poder
inmenso de la ilusión
que llena de futuro el
corazón del carpintero.
Y es que él conoce
que ésta es una ciudad para
los recién nacidos
y para los que aman
y disfruta de sus calles y
sus relámpagos de libertad
viniendo a nuestro rezo.
Porque su siglo es el siglo
de ayer
pero también el de mañana
y hoy nos alumbramos de su
faro a la hora de la ofrenda
y vamos a su espigón
sabiendo que el que duerme
en el tiempo de la siega
no amanece
y él entiende que mejor es
lo poco con justicia
que la muchedumbre de frutos
sin derecho
y va a su edad, intacto, con
su corona de honra
agradeciendo a mi Madre
venerable
que invita hospitalaria a
Dios todos los días
a pernoctar en nuestra casa.
Y entonces ya no importa que
el viento del norte
ahuyente al vendaval
o que el gorrión en su vagar
se queje de nostalgia
si el Hacedor vive en
nuestro pregón y lo alimenta
y es mi Padre un poema de
amor
que Dios declama.
Carlos Garrido Chalén (Lima,
Perú)
Felicidades al querido poeta peruano y a sus bellos versos!
ResponderEliminarUn abrazo desde Miami.
Jeniffer Moore