JUAN ANTONIO BARROS
EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
Nace
en Granada en 1959. Licenciado en Filosofía por la Universidad de Granada.
Estudios de música en el Real Conservatorio “Victoria Eugenia” de Granada.
Ha obtenido, entre otros, el primer
premio de poesía “Laurel de la Zubia” (1992), primer premio de relato breve
“Villa de Montefrío” (1992), primer premio de poesía andaluza “Villa de
Peligros” (1993), primer premio de relato breve “Alsajara” (1998), primer
premio de poesía “Castillejos” (2000) y primer premio de cuentos “Torreón” de
Las Gabias (2000).
Ha publicado hasta el momento tres
libros de poesía, Ritual del silencio
(Ayuntamiento de La Zubia, 1993), Del
olvido (Diputación Provincial de Granada, 1994), e Inventario de laberintos y quimeras (Alea Blanca, 2010), y diversas narraciones breves, algunas de ellas
publicadas en la revista universitaria Campus,
artículos de crítica musical en el diario Ideal
y otras colaboraciones literarias. Asimismo, ha participado en diversas
publicaciones colectivas de poemas: Aldea
poética (Ópera prima, Madrid, 1997), Más
de cien poemas para la primavera (Asociación Granada Histórica y Cultural,
2000), Versos para un fin de milenio
(Ayuntamiento de Motril, 2001) y Entre
desiertos (Ayuntamiento de Peligros y Diputación Provincial de Granada,
2004).
Otras obras inéditas: Y un ángel en la ventana y La cruz del sur (teatro), Se ha perdido un rinoceronte y Las flores de tres mil años (relatos
infantiles), y numerosas narraciones breves.
LA LOCURA SE APODERA DE GOOGLE MAPS
¿Ya sabes que duele ese agujero
inmundo? (Otros lo llamarían vacío, desolación.) ¿Que se
deshace en infamias insospechadas a las cinco en punto de mis tardes? (Tu
voz promete con una sonrisa la sublimación de los metales, las bodas alquímicas
en las que el óxido y el semen se transubstancian en un pan que no es de este
mundo.)
No, no lo sabes, amor. Tú no
sufres la tortura que cegó a Homero. Es la suerte de no tener corazón. (Lo
susurran los muertos en sus nichos, ríen con impudicia.)
¿Sabes que me dueles con rabia,
que quemas las naves donde está escrito el nombre olvidado de mi patria? (Quédate,
no me faltes. Penélope no existe.)
El círculo se hace más hondo, más
angosto. (La estocada imparable y mortal, babea un viejo baronet encaramado
a un palco. La música de Wagner sodomiza a la audiencia desde la turbia
oscuridad del foso.)
DE QUÉ ESTÁ HECHA LA NADA
Sabes que no hay nada más al otro
lado de las sábanas
ángulos obtusos
manzanas mordidas por el moho
turbia descarga de placer
sabes bien que no hay nada
si un huracán poblado de
diminutos cocodrilos
lame despacio tus heridas
al otro lado de las sábanas
cuando tú
cuando yo
no somos
o somos el latido ínfimo de la
nada
infectando de soledad tu boca
lo sabes bien
amor
estertor improbable
corazón turbado
húmedo
nada
RITUALES PARA CELEBRAR LA TORMENTA
Si pronuncio tormenta
te llamo
más allá de los confines de la
lógica
verde menta
fosforescencias
lúbricas
dulcísimas
tersas caricias
una lengua electrizante
lúbricas
dulcísimas
tersas caricias
una lengua electrizante
piel atenta
vientre herido
por el rayo ay que nunca debió cesar
por el rayo ay que nunca debió cesar
si pronuncio tormenta
despiertas
acudes con la violencia del vendaval
acudes con la violencia del vendaval
tormenta
verde
insomne
dramática y jocosa
verde
insomne
dramática y jocosa
estruendo sin preludios
sin fugas
devórame
no me oyes
no me oyes
destrózame
húndete
húndenos
aún otra muerte deliciosa
húndete
húndenos
aún otra muerte deliciosa
tormenta
tormento
átame
muérdeme
más
siempre más
tormento
átame
muérdeme
más
siempre más
hasta que sólo sal
gozo mineral
lámeme
hasta que sólo nada
hasta que sólo nada
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