Ofrecemos en esta ocasión para el blog de La noche en blanco de Granada, al poeta de Lucena, Córdoba, José Puerto Cuenca, en una selección de poemas y con una nota biobibliográfica del autor.
LOS VERSOS DE JOSÉ PUERTO CUENCA,
PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
JOSÉ PUERTO
CUENCA
(Lucena, Córdoba, 1960), maestro de Educación Primaria y agricultor por
tradición, poeta tardío con gran influencia de la poesía y la música de
tradición oral, su poética oscila entre los temas y metros populares y los
poemas de espiritualidad y el verso libre. En 2010 publicó La Esencia Prometida (Ed. Juan de Mairena y de libros, Lucena), en
2013 Agua por la fontanela (Colección
Manantial, Ayuntamiento de Priego de Córdoba) y está próximo a publicarse su
tercer libro, Fe Debida. Ha publicado
numerosos poemas y artículos en revistas religiosas y de fiestas locales y más
recientemente en literarias como Saigón
(de la Asociación Cultural Naufragio de Lucena y Cabra a la que
pertenece), y en otras de Córdoba, Sevilla y Málaga. Coordinó la “Antología del I Encuentro de Poetas
Andaluces de Ahora” (Ed. Anaquel, Sevilla 2012 y versión digital),
recientemente ha sido incluido en las antologías del I Encuentro de Poetas de Sierra Morena en Baños de La Encina (Jaén)
y en Ronda de Versos, del I Encuentro Poético NACIONES UNIDAS DE LAS
LETRAS celebrado en Ronda (Málaga).
PLATÓN TE
LLAMA
«Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre
y eso es lo que realmente somos.»
José Saramago: Ensayo
sobre la ceguera.
Hermano sal, no temas,
deserta de esta cueva,
deja que te desate los ojos y las
manos,
desenreda las piernas,
desentumece el alma,
aunque te cueste, álzate
y atrévete a escalar
este espeso pasillo que amasan las tinieblas;
hermano,
sube,
mira
que el sol te está esperando.
Hermano sube, yergue
tus huesos, tu entrecejo,
camina, tente arriba;
domina tus temblores
y aunque te tambalees,
dirígete a tu estrella,
con los miembros dispuestos y el ansia en los pulmones,
busca inhalar el soplo del cosmos que
te llega
en hilos delicados,
calientes,
ambarinos…
Las sombras que tú crees la verdad aquilatada
no son más que artimañas que luchan
por tenerte
esclavo de una noche que burla tu
destino
y alimentan su ser de tu engaño
angustiado;
no son más que reflejos de farsas,
temerosas
del triunfo de la luz sobre tu
fontanela;
temen que al fin enfoques tu vista
sorprendida
en colores y en bordes que nunca
habías soñado;
temerosas que notes la trama,
la red cósmica
que todo lo penetra y que todo lo
sostiene,
que todo lo equilibra desde afuera
hacia adentro,
desde abajo hacia arriba,
de lo nimio a lo inmenso.
Por eso no te quedes sentado en la penumbra
barruntando presagios de barro y de
ceniza,
no resignes tu frente a este duelo
de arcilla
ahumada en el añejo sudor de la
impotencia;
levanta tus pupilas,
estira tus alcances,
eriza tus sentidos y alarga tus antenas,
tente de pie sin miedo,
echa a andar con firmeza;
no temas a caer;
que si caes,
tu caída
será leve,
el tropiezo te servirá de avance;
y aunque la luz al pronto te deje
casi ciego
y te sientas violado en las cuencas
de los ojos,
no cedas, no te ahogues, respira, sobreponte.
Hermano,
sal sin miedo de esta oscura caverna,
que tienes la otra orilla a la
última zancada
no te mantengas preso en los chorros
de aire negro,
no malvivas
esclavo de los miedos ajenos
ni olvides
que viniste a agrandar a Dios contigo.
Hermano no te venzas,
tú nunca te traiciones,
no des tu voluntad a torcer aunque
te duela,
no dejes que la sombra te gane la
partida,
que ese mar que lloraste ya limpió
tus ventanas;
y si duró la noche fue por parir al
alba
la esencia que fraguó tu camino y tu
morada.
Que el sol te está esperando,
no tardes, que amanece,
que te conocerás en tu talla y tu
tamaño,
busca dentro de ti la simiente que
te estira,
la fe que te sembró,
ese punto de luz densa
que teje tu verdad y que eriza tus
estambres;
espera a que tus sienes la descubran
y crezcan
y se rompan tus moldes y los moldes
de afuera.
Descubrirás tu traje, tu casa, tu
altozano,
tu tiempo sin agujas, tu valle sin mesura,
conocerás la tribu escondida que te encumbra
y el círculo de reyes que te estará
aguardando…
Instálate en el centro de tu estancia dorada,
apacigua tu imperio y enciende tu
corona…
José Puerto Cuenca
(Publicado en la revista “Espacio Habitado”, Sevilla, octubre 2011)
Paisano, tú ya has salido.Tú si.
ResponderEliminarAnónimo paisano... Bueno, no importan nuestros nombres... Seguramente tú me lees también desde fuera de la caverna y cada vez está saliendo más y más gente... Al pronto duelen los ojos, da calor, da frío de no estar la temperatura constante de la cueva... Pero vale la pena ser alumbrado a esa nueva vida que nos espera... Y no te creas, yo todavía paso mucho tiempo dormido como un recién nacido.
ResponderEliminarMe siento muy honrado y agradecido a la Organización de "La noche en blanco de Granada" por contar conmigo para este recital internacional que será el mayor en el que yo haya participado hasta ahora y el mayor en el que participe en mucho tiempo. Será una noche mágica donde alumbrará la palabra, la música, las piedras y el agua de Granada, será Granada encendida.
ResponderEliminarLo será, amigo Pepe. Tú disfruta. Sé que lo harás. La palabra alumbrará prodigios. No debe ser de otra manera con tanto poeta.
ResponderEliminarGracias, amigo Emilio, sé que te alegras de verdad.
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